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Vértigo
La información que encuentras a continuación fue previamente revisada y curada por un profesional de salud, sin embargo, no reemplaza la consulta con tu médico. Para acceder a un diagnóstico preciso y personalizado es importante agendar una cita médica.
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Qué es
Este síntoma se puede describir desde varias sensaciones diferentes. La principal es cuando ocurre una alteración de la orientación espacial. Tener vértigo no siempre indica una condición que amenaza la vida, pero puede afectar el diario vivir.
Los mareos que se presentan pueden estar asociados con condiciones más serias, como un derrame cerebral o problemas cardiovasculares. Sin embargo, el solo presentar vértigo, puede provocar una caída, así que puede ser peligroso.
El equilibrio es un proceso complejo que depende de muchas partes del cuerpo. Es normal darlo por sentado hasta que se vivencia un episodio de vértigo.
El oído, cerebro y corazón pueden afectar el equilibrio. Un diagnóstico acertado requiere de consultar un especialista y realizar exámenes específicos para determinar la causa exacta. Pero en la mayoría de los casos, el vértigo es un síntoma tratable.
Signos
El vértigo puede causar náuseas o inestabilidad espacial de modo que no se puede manejar un vehículo o incluso caminar. Puede sentirse como si la persona o los objetos a su alrededor estuvieran flotando, suspendidos, balanceándose o moviéndose con una inclinación hacia arriba o hacia abajo.
Cuando se presenta un episodio se puede sentir:
- Debilidad
- Mareo
- Nauseas
- Inestabilidad
- Sensación de tener la cabeza nublada
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Causas
Varias condiciones pueden causar vértigo por lo que se mencionó anteriormente, el equilibrio involucra varias partes del cuerpo. Cuando se produce, el cerebro recibe información sobre el movimiento y la posición del cuerpo de:
- Oído interno
- Ojos
- Músculos
- Articulaciones
- Piel
Los trastornos del oído interno son la causa más común del vértigo.
Este se produce cuando se cambia la posición de la cabeza o del cuerpo, por ejemplo, cuando se inclina. Por lo general, solo dura unos segundos o minutos. Esta condición es leve y ocurre cuando se presentan cambios en el oído interno.
También, es posible que esta sea la causa debido a una lesión en la cabeza o simplemente derivado del envejecimiento. La buena noticia es que existe tratamiento médico y en parte fácil de manejar. Recuerde consultar al especialista si presenta este síntoma.
Ocurre cuando se tiene demasiado líquido en el oído interno. Por lo general, se desconoce el por qué se acumula este líquido. Cualquier persona puede desarrollar Meniere, pero es más común en personas de 40 a 60 años. Al presentar este síndrome se puede experimentar:
-Pérdida de audición
-Audición amortiguada o distorsionada
-Náuseas y vómitos
-Tinnitus (zumbido en el oído)
Las infecciones virales o bacterianas del oído pueden causar inflamación e irritación en el oído interno. Esta condición interfiere con los mensajes que el oído interno envía al cerebro. El nervio vestibulococlear del oído interno, tiene dos partes que se comunican con el cerebro:
El nervio vestibular envía señales sobre el equilibrio. Cuando el nervio vestibular se inflama, desarrolla neuritis vestibular.
Y el nervio coclear envía señales sobre la audición. Si la inflamación también afecta al nervio coclear, desarrollas laberintitis. Esta provoca zumbidos en los oídos y pérdida parcial de la audición.
-Migraña
-Estrés o ansiedad
-Baja azúcar en la sangre
-Deshidratación o agotamiento por calor
-Una caída en la presión arterial cuando te pones de pie
-Problemas con el flujo de sangre al cerebro
Estas son las causas que comúnmente se asocian a este síntoma, sin embargo, pueden variar de acuerdo al estado de salud general del paciente. Acude a tu médico de confianza para evaluar las causas, síntomas y el tratamiento.
Cuándo acudir al médico
Como se mencionó, este síntoma puede ser común y muy rara vez ocasiona situaciones de complejidad, no obstante, debe acudir al médico si:
- Presentas dolor, presión, pesadez u opresión en el pecho, los hombros, el cuello, los brazos, la mandíbula o la espalda.
- Tienes náuseas, sudor frío, dificultad para respirar.
- Sufres de entumecimiento o debilidad en la cara, el brazo o la pierna.
- Tienes problemas para hablar, entender o tragar.
- Presentas cambios en la visión en uno o ambos ojos.
- Tienes confusión o pérdida del conocimiento.
Si la causa no es obvia de inmediato, es posible que se deba realizar más exámenes e incluso deba visitar especialistas en otras áreas médicas.
Referencias bibliográficas
NHS – National Health System (2020). Vertigo. (Consulta aquí)
Clínica Mayo (2020). Mareo y vertigo. (Consulta aquí)
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