La información que encuentras a continuación fue previamente revisada y curada por un profesional de salud, sin embargo, no reemplaza la consulta con tu médico. Para acceder a un diagnóstico preciso y personalizado es importante agendar una cita médica.
Las infecciones oculares son un problema médico común en personas de todas las edades. Estas pueden ser causadas por virus o bacterias, ocasionalmente también pueden deberse a un hongo. Afecciones como la conjuntivitis, la blefaritis (infección del párpado) y las úlceras corneales provocan ojos rojos, irritados, hinchados, llorosos y con dolor al tacto.
Otras enfermedades oculares, como el glaucoma, pueden imitar los síntomas de las infecciones oculares, por lo que se debe consultar a un médico o a un optómetra si los síntomas no mejoran rápido y/o por sí solos. Si no se tratan estos síntomas, pueden generar dolor y ser potencialmente dañinos para la salud de los ojos.
La sensación de incomodidad, ardor o picazón pueden ser los más recurrentes. Algunos otros pueden ser:
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Este síntoma puede ser causado por microorganismos que provocan infección, afectación o enrojecimiento del párpado, la cornea (parte transparente del ojo, o la conjuntiva (capa húmeda entre el párpado y la córnea), todo depende del tipo de infección que se presente.
Algunos pueden ser:
Esta ocurre cuando los vasos sanguíneos de la conjuntiva se infectan con virus o bacterias. En su forma microbiana, la conjuntivitis es altamente contagiosa, aunque también existe una forma alérgica no contagiosa.
Es un pequeño bulto o espinilla que crece en los bordes exteriores del párpado. Es causada por una infección bacteriana de las glándulas sebáceas que existen en esa parte del ojo.
Es una infección viral, bacteriana o fúngica de la córnea. También puede resultar después de una lesión en el ojo. Los usuarios de lentes de contacto son especialmente susceptibles a contraer queratitis.
Es una inflamación bacteriana de los párpados. Al igual que con los orzuelos, el síntoma tiene su origen en la obstrucción de las glándulas sebáceas en la base de las pestañas.
Es una infección de la úvea, la capa pigmentada del ojo, que incluye el iris y la coroides. Las causas incluyen infecciones virales, lesiones oculares o deficiencias del sistema inmune.
Es una infección de los párpados. Por lo general, ocurre cuando un rasguño o una lesión ocular menor se infecta con algún tipo de bacteria (p. ej., Staphylococcus o estafilococo).
Es una inflamación severa al interior del ojo. Es el resultado de una infección bacteriana o fúngica, más a menudo ocasionada por la Candida o el hongo de la levadura.
Es una obstrucción de los conductos lagrimales. Puede ser congénito (presente desde el nacimiento) o adquirido, generalmente a través de una infección bacteriana.
Es una infección del ojo por el virus del herpes simple (HSV-1). Se transmite por contacto con otras personas portadoras del virus (el contacto no es sexualmente como el HSV-2, otro virus del herpes).
Estas son las causas que comúnmente se asocian a este síntoma, sin embargo, pueden variar de acuerdo al estado de salud general del paciente. Acude a tu médico de confianza para evaluar las causas, síntomas y el tratamiento.
Como se mencionó, este síntoma puede ser común y muy rara vez ocasiona situaciones de complejidad, no obstante, debe acudir al médico si:
Si la causa no es obvia de inmediato, es posible que se deba realizar más exámenes e incluso deba visitar especialistas en otras áreas médicas.
WebMD. (2021). ¿Está mi ojo infectado? (Consulta aquí)
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