La información que encuentras a continuación fue previamente revisada y curada por un profesional de salud, sin embargo, no reemplaza la consulta con tu médico. Para acceder a un diagnóstico preciso y personalizado es importante agendar una cita médica.
El dolor de pelvis es una molestia, que va desde un pinchazo agudo a un dolor leve o intenso, en el área debajo del ombligo y entre las caderas. El dolor pélvico, como también es conocido, puede tener múltiples causas. Puede ser un síntoma de otra enfermedad, una señal inofensiva del periodo menstrual, un trastorno digestivo o puede ser una condición en sí misma.
Si el dolor de pelvis es generado por otro problema médico, el tratamiento de esa enfermedad suele ser suficiente para eliminar el malestar. No obstante, en algunas ocasiones no es posible identificar una única causa, en esos casos, el objetivo del tratamiento es reducir el dolor y otros síntomas, con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente.
El dolor pélvico puede ir acompañado de otras señales de alerta, por ejemplo, algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:
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La pelvis es el área debajo del ombligo y encima de los muslos, cualquier persona puede experimentar dolor en esta parte del cuerpo. Este malestar se puede presentar por diversas causas, algunas de estas pueden ser:
Calambres y dolores menstruales. Los calambres menstruales generalmente ocurren antes de que una persona comience su período. El dolor puede sentirse como un espasmo muscular o una punzada.
La ovulación dolorosa se manifiesta como un dolor en un lado de la pelvis, durante el ciclo menstrual. La molestia puede durar minutos u horas y puede cambiar de lado del cuerpo, según el ovario que liberó el óvulo.
Las infecciones bacterianas en el tracto urinario suelen ser comunes, especialmente en personas con un sistema reproductivo femenino. Por lo general, generan un dolor en medio de la pelvis y en el área alrededor del hueso púbico.
La gonorrea y la clamidia son infecciones bacterianas que no suelen causar síntomas. Sin embargo, las mujeres pueden tener dolor de pelvis, especialmente cuando orinan o hacen popó. Por su parte, los hombres pueden presentar dolor en los testículos.
Ocurre cuando un órgano o tejido se desplaza fuera de su lugar de origen, a través de una apertura anormal. Por lo general, las hernias se presentan en el estómago o el intestino y crean un bulto doloroso en la zona afectada.
El dolor de la apendicitis comienza repentinamente y puede ser intenso. Suele centrarse en la parte inferior derecha del abdomen o puede comenzar alrededor del ombligo y migrar a la parte inferior derecha del abdomen.
La endometriosis se caracteriza por la presencia de un tejido similar al endometrio fuera del útero. Cuando comienza el período, esta enfermedad puede generar sangrado e inflamación en la pelvis, así como un dolor crónico y prolongado.
Los cálculos renales no suelen causar síntomas hasta que comienzan a moverse a través de los uréteres (conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga). Debido a que estos conductos son pequeños y rígidos, no pueden estirarse para mover el cálculo y esto causa dolor. Generalmente, el malestar comienza a un costado y en la espalda, pero puede irradiarse a la parte inferior del abdomen y la ingle.
Estas son las causas que comúnmente se asocian a este síntoma, sin embargo, pueden variar de acuerdo al estado de salud general del paciente. Acude a tu médico de confianza para evaluar las causas, síntomas y el tratamiento.
En términos generales es importante agendar una cita médica cuando el dolor pélvico interrumpe la vida diaria, cuando los síntomas empeoran o cuando se presenta:
El tratamiento para el dolor pélvico depende de la causa. En este sentido, el médico tratante puede recetar antibióticos, analgésicos, fisioterapia, tratamientos hormonales y en algunos casos puede requerir cirugía.
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