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La información que encuentras a continuación fue previamente revisada y curada por un profesional de salud, sin embargo, no reemplaza la consulta con tu médico. Para acceder a un diagnóstico preciso y personalizado es importante agendar una cita médica.
La septicemia, también conocida como sepsis, es una respuesta sistémica y potencialmente mortal del cuerpo a una infección bacteriana. Se produce cuando las bacterias o sus toxinas entran en el torrente sanguíneo y se propagan por todo el organismo, desencadenando una respuesta inflamatoria descontrolada. La septicemia puede surgir a partir de diversas infecciones, como neumonía, infecciones urinarias, infecciones de la piel o infecciones abdominales.
Los síntomas iniciales de la septicemia pueden ser sutiles y similares a los de una infección común, como fiebre, escalofríos, fatiga y dificultad para respirar. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer síntomas más graves, como confusión mental, disminución de la producción de orina, presión arterial baja y dificultad para mantener la temperatura corporal adecuada.
La septicemia es una emergencia médica que requiere atención inmediata. El diagnóstico se realiza a través de análisis de sangre para detectar la presencia de bacterias, así como otros marcadores inflamatorios. El tratamiento generalmente incluye la administración rápida de antibióticos intravenosos para combatir la infección, junto con medidas de soporte vital, como la estabilización de la presión arterial y el mantenimiento de la función respiratoria. En casos graves, puede ser necesario el ingreso a una unidad de cuidados intensivos.
Es fundamental buscar atención médica de manera temprana si se sospecha de septicemia. La prevención de la septicemia implica mantener una buena higiene, tratar adecuadamente las infecciones existentes, especialmente las que pueden propagarse al torrente sanguíneo, y vacunarse según las recomendaciones médicas.
Como leíamos anteriormente, la septicemia se produce en la mayoría de los casos a causa de una infección con determinados tipos de bacterias. Sin embargo, también se puede clasificar en diferentes tipos según la fuente de la infección y los microorganismos involucrados. Estos podrían ser los tres tipos más comunes:
Septicemia bacteriana: Es el tipo más frecuente y se produce cuando bacterias ingresan al torrente sanguíneo y se propagan por todo el cuerpo. Puede originarse a partir de infecciones en los pulmones (neumonía), las vías urinarias, el abdomen (como apendicitis o peritonitis), la piel (celulitis) u otras fuentes infecciosas.
Septicemia por hongos: Es poco común y puede ocurrir cuando hongos, como Candida o Aspergillus, infectan la sangre. Esto suele afectar a personas con un sistema inmunológico debilitado o que han recibido tratamientos intensivos, como quimioterapia o trasplantes de órganos.
Septicemia por virus: Aunque los virus no suelen causar septicemia directamente, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria sistémica grave en casos de infecciones virales graves, como la gripe grave o la infección por el virus del herpes simple.
Como siempre, nuestra recomendación en DoctorAkí es consultar con su médico de confianza y evitar complicaciones en su salud a causa de esta enfermedad.
A continuación, algunos de los síntomas más comunes de la septicemia:
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar según el paciente y la gravedad de la septicemia. Ante la presencia de estos síntomas, se debe buscar atención médica de urgencia, ya que la septicemia es una afección grave y potencialmente mortal.
Así como los síntomas, las causas de la septicemia pueden variar según el tipo de infección, sin embargo, estas pueden ser las más comunes:
Es importante destacar que estas son solo algunas de las causas comunes de la septicemia y que pueden existir otras fuentes infecciosas en cada tipo. El diagnóstico y tratamiento deben ser realizados por profesionales médicos.
Estas son las causas que comúnmente se asocian a esta enfermedad, sin embargo, pueden variar de acuerdo al estado de salud general del paciente. Acude a tu médico de confianza para evaluar las causas, síntomas y el tratamiento.
Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha de septicemia, ya que es una afección grave y potencialmente mortal. Especialmente, si se experimentan síntomas sospechosos como fiebre alta, escalofríos, dificultad para respirar, confusión mental, presión arterial baja o malestar generalizado.
Estos síntomas pueden indicar una infección grave que está propagándose. Un diagnóstico y tratamiento oportunos son fundamentales para reducir los riesgos y complicaciones graves de esta enfermedad.
Mayo Clinic. (2023). Septicemia. (Consulta aquí)
Manual MSD. (2023) Septicemia y choque séptico (Consulta aquí)
CDC.GOV (2016). Salvar a los pacientes de la septicemia es una carrera contra el tiempo. (Consulta aquí)
National Institute of General Medical Sciences. (2023). ¿Qué es la sepsis?. (Consulta aquí)
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