Debemos recordar antes de hablar de depresión postparto (DPP), que el embarazo y el puerperio (entendiéndose este último como el periodo que se da inmediatamente posterior al parto y hasta 6 semanas después); son etapas de cambios y adaptación para las mujeres. Los cuales a su vez representan un periodo de vulnerabilidad para el desarrollo de un cuadro depresivo, y esto puede tener potenciales repercusiones en el bienestar de la madre y su hijo.
La depresión postparto es la complicación psiquiátrica más frecuente post natal. La prevalencia mundial a lo largo de la vida fluctúa entre el 10 y 20 %, observándose mayores valores en madres adolescentes, con un 26 %, y en niveles socioeconómicos más bajos 38.2%.
Aproximadamente el 60 a 85 % de las mujeres pueden presentar algunos síntomas de apariencia depresiva en los primeros días del postparto. Generalmente son leves y resuelven pronto, en ocasiones ni siquiera la madre lo identifica o se da cuenta de este. 👀
Encontramos trastornos o alteraciones en el estado de ánimo, como melancolía, depresión, tristeza, entre muchos otros. Se estima que entre el 30 al 75 % experimentan sensación de tristeza, labilidad emocional, llanto frecuente, ansiedad, insomnio, e irritabilidad. Se presentan más en los primeros días, pero, incluso pueden llegar a los 3 primeros meses del postparto.
Estos síntomas están asociados con el cansancio, falta de sueño, ansiedad por la responsabilidad del nuevo ser, por no saber si se están haciendo las cosas bien, si es la mejor manera o la más adecuada, todo esto y sumado los cambios hormonales bruscos o abruptos que se presentan, son factores de riesgo para una depresión postparto.
Durante este periodo, existen 3 condiciones clínicas psiquiátricas de afección del estado de ánimo: un estado depresivo temprano conocido como “Maternity Blue” o tristeza posparto, el cual corresponde a un síndrome transitorio que se puede presentar hasta en el 80% de las madres que resuelva rápidamente.
Una segunda condición que en un 10- 15% de las mujeres desarrollan un cuadro depresivo que se prolonga por más de dos semanas, caracterizado por afectación anímica diaria, con llanto, fatiga, tristeza, trastornos del sueño y trastornos del humor; y solamente el 0.1-0,2% desarrollan psicosis posparto, esta psicosis es un trastorno grave por su asociación con suicidio materno e infanticidio (daño al bebé).
Se habla de factores de riesgo antes del embarazo y después de este, como depresión o ansiedad en la gestación, poco apoyo social o familiar, eventos vitales perturbadores (muerte de algún familiar, diagnóstico de enfermedad en el bebé o la madre, accidentes, noticias trágicas y otros vitales); estrés cotidiano, problemas de pareja, problemas económicos, problemas de salud en la madre.
Ya en el postparto, algunas complicaciones maternas, complicaciones en el recién nacido, problemas de pareja, falta de apoyo o ayuda, carga emocional, otros hijos, problemas económicos, cualquiera de estos o todos juntos, nos pueden llevar a desarrollar una depresión postparto.
También encontramos factores protectores como el apoyo social o familiar, una buena comunicación, la lactancia, estos mejoran el pronóstico y disminuyen el riesgo.
Es muy importante si presentas alguno de estos síntomas, sobre todo los 5 primeros antes mencionados, pueden ser normales en las 2 primeras semanas postparto, que van desapareciendo a medida de los días y que poco a poco vuelves a la normalidad.
Ya si te das cuenta que son persistentes o que aparecen los 4 últimos, o que llevas ya más de 2 semanas con algún síntoma y no mejoran hay que prender las alertas, la alarma y buscar ayuda inicialmente de tus familiares o red de apoyo cercana o incluso de expertos, personal médico capacitado.
Porque muchas veces callamos, nos guardamos todo esto y no lo expresamos, lo digo desde el punto de vista no solo como ginecóloga y obstetra sino como madre. Lo experimente yo misma en mi primer embarazo, en el postparto tenía episodios de llanto frecuentes que no podía controlar, inexplicables, cambios abruptos de ánimo, enojo, irritabilidad, sensación de culpa, desasosiego.
Me encerraba sola a llorar en el baño, y decía que todo iba bien, cuando mi esposo se dio cuenta me pregunto qué pasa, si todo está bien, tenemos la hija que siempre soñamos y pedimos por tanto tiempo (9 años), esta sana, tu estas sana y lo tenemos todo porqué estas triste y llorando no hay porqué.
Científicamente no hay porque, es una respuesta, pero emocionalmente y clínicamente si la hay. Como ya lo mencioné anteriormente hay una caída abrupta de las hormonas, ahora ellas están encargadas de otras cosas muy importantes como lactancia, volver a la normalidad, todos aquellos cambios fisiológicos que sufrimos en el embarazo deben volver a como estaban antes.
Y las hormonas no vuelven, lentamente caen bruscamente, a eso le sumas cansancio, agotamiento, insomnio, baja autoestima, te ves de aspecto físico, mal, con más peso, desarreglada por que no hay tiempo, el bebé demanda todo de ti, en fin son múltiples factores que contribuyen a esta condición.
Lo primero es informar a las pacientes en la consulta antes del parto y en el postparto que puede pasar, que algunos síntomas son normales y cuando prender las alarmas porque ya no se considera normal.
Es muy importante la consulta de post parto inmediato entre 3-7 días de este, es una excelente oportunidad para indagar, preguntar y evaluar síntomas de depresión postparto. Otra medida básica y vital es el apoyo familiar y la red de acompañamiento, el dialogo, canales de comunicación, y ya cuando detectamos que nos encontramos con un trastorno de DPP, intervenir.
Valoración inmediata para determinar el grado o la gravedad de la depresión determinar si hay riesgo o amenaza de daño o lesiones para sí misma o para el bebé, y por último manejo médico y psicológico o en algunos casos de síntomas mayores o trastornos psicóticos o depresivos mayores medicación y terapia.
Espero que este artículo les dé una orientación, explicación, las ayude a identificar los signos y síntomas de una depresión post parto, pero sobre todo a no callar, a expresar lo que están viviendo y experimentando, y que no les pasa solo a ustedes, que es común y que se presenta en un alto porcentaje, pero también a prender la alarma cuando ya vean que no pasa y que llevan mucho tiempo con esto.
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