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Adulto mayor: sinónimo de legado y sabiduría

Posted on Escrito y revisado por el comité editorial médico
Mujer adulta en el parque

Todos tenemos un adulto mayor en la familia. Tal vez tú, tu mamá o un tío cercano son uno de ellos. ¡Y no sabes cuan afortunada (a) de serlo o de tenerlo! Ellos son el legado histórico de todos; el pasado contado vivido y asumido por ellos. Son fuente irremplazable de información.

Su conocimiento le da la posibilidad a las nuevas generaciones de no repetir la historia y de poder escribir una nueva basada en la experiencia y en creativas y diferentes maneras de gestionar el presente y futuro de la sociedad. 

Sin embargo, sociedades como la nuestra no valoran ese legado y tienden a apartar a los adultos mayores; a verlos como ciudadanos de segunda clase, que en el mejor de los casos terminan sus días como cuidadores de los nietos. Hoy, a propósito sobre el Día del Abuelo (27 de agosto), te comparto esta reflexión:

 

El adulto mayor en la antigüedad

¡Antaño! En las culturas primitivas las personas mayores eran las que garantizaban la transmisión del saber y difundían las experiencias del pasado, representando la sabiduría. 

Esto hacía que les fueran atribuidas condiciones sobrenaturales o mágicas. En las tribus y los clanes la autoridad pasaba por el jefe de familia o patriarca y/o matriarca, que era designad@ en forma automática, por ser el padre o madre de la familia, por representar el tronco o la base familiar. 

Tristemente, las culturas y etnias que hoy en día mantienen y respetan el legado de los mayores son minorías.

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La percepción de la sociedad

En nuestro país se evidencian prejuicios, estereotipos y mitos respecto a la adultez; acciones que afectan a las personas mayores como producto de una construcción social que los condiciona en términos de profecía auto cumplida. 

Esto es dar por entendido que las personas mayores se les ve con imagen negativa al asociar esta etapa con incapacidad,  lo cual genera que inmediatamente sean considerados como focos de enfermedades. Además, en muchas ocasiones se les considera carentes de autonomía, asexuadas, con dificultades para aprender, improductivas, aisladas socialmente e inflexibles…

Algunas personas han asumido estos estereotipos como propios sin cuestionar esa estructura social que los condiciona, otras, han sido un poco más rebeldes y han manifestado que tienen mucho que ofrecer a pesar de ese molde denominado edad y que siguen produciendo, ofrendando y en muchos casos son más productivos algunos llamados jóvenes. Sin embargo, el peso socio cultural de este prejuicio es muy fuerte.

De acuerdo con lo que he podido observar en mis consultas psicológicas hay dos tipos de situaciones:

1.  Está el adulto mayor que siente que sus derechos y oportunidades de expresarse han sido coartados, sus derechos vulnerados y su libertad minada. Este grupo poblacional sigue siendo productivo a pesar de lo que indica el molde social de la supuesta improductividad. Por ejemplo, algunos tienen empresa, negocios o trabajos independientes de todo tipo. En las consultas relatan sentirse prisioneros y afirman que prefieren vivir libres el tiempo de vida que les reste. 

Un día uno de mis pacientes me dijo: “prefiero un día libre a 100 en prisión”.

2. En segundo lugar y a propósito de la coyuntura actual, están los adultos mayores que se sienten muy preocupados por la salud de sus familiares y deciden, o más bien permiten, someterse a todo tipo de restricciones que les generan sensaciones de desazón y miedo que no pueden controlar. Este tipo de emociones reprimidas, altos niveles de estrés y emociones no canalizadas por el encierro e incluso, por la presión familiar y social hacen que los mayores somaticen, convirtiendo todo ese malestar psíquico en síntomas físicos u orgánicos. 

Familia cocinando con adulto mayor

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¿Por qué cuidar a nuestros adultos mayores?

Si no prestamos atención a su salud mental y bienestar, perderíamos un capital humano invaluable, pues la edad no puede ser un determinante para creer que se tiene el derecho de decidir por ellos, sobre todo aquellos que gozan de sus facultades y aun son muy activos.

En el caso de las personas que no pueden valerse por sí mismos, debe indagarse por un grupo de apoyo especializado y entrenado en el cuidado de sus necesidades básicas. Este tipo de cuidados generalmente no se encuentra en ningún miembro de la familia, para estos lo mejor es una institución, un hogar de retiro que cuente con personal profesional. 

Es importante pensar en el bienestar de la población y más en los adultos mayores que es sobre quienes están recayendo una carga invisibilizada. 

En esa medida y buscando el bienestar de un adulto mayor autosuficiente  es importante llegar a acuerdos familiares, en donde se evidencie los intereses de los mayores y se valoren sus  habilidades, destrezas y competencias…, dándoles el espacio para el desenvolvimiento. ¡Teniendo en cuenta, por supuesto, los autocuidados y las medidas de seguridad que exigen las circunstancias actuales! 

Recuerda que los mayores no son ciudadanos de segunda categoría y que aún son merecedores de reconocimiento, autonomía, participación y libertad. ¡Ellos merecen nuestro amor, cariño y respeto! Y recuerda, cuando se trata de bienestar, en DoctorAkí pensamos en ti.

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Publicado originalmente en octubre de 2021.

El contenido anterior únicamente tiene carácter educativo e informativo y ha sido desarrollado con fuentes médicas confiables y recomendaciones de expertos en salud. Si te sientes identificado con algún síntoma, término médico descrito o eres un paciente, te recomendamos consultar a tu médico. 

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Psicóloga clínica y holística. Soy un canal facilitador para apoyar a mis pacientes en los procesos de aprendizaje, reconciliación y armonización emocional, física, mental y espiritual.

Tengo 24 años años de experiencia y me describo como un alma dedicada al servicio de la humanidad. En mi rol como psicóloga brindo acompañamiento y asesoría en procesos relacionados con duelos, separación, autoestima, estrés y demás dificultades humanas. Además, hago asesorías relacionadas con el talento humano. Mis principales pasatiempos son danza árabe, yoga, pilates y meditación.

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